Hechos 11:20

I. Nótese el impulso espontáneo al que obedecieron estos hombres. Se regocijan en un gran Salvador-Amigo. Ven a su alrededor hombres que lo necesitan, y eso es suficiente. Obedecen los impulsos de la voz interior y ponen los cimientos de la primera iglesia gentil. (1) Tal impulso espontáneo es siempre el resultado natural de nuestra posesión personal de Cristo. Un corazón calentado por el amor de Cristo necesita expresar su amor y lo dará, tan ciertamente como la luz debe irradiar desde su centro o el calor de un fuego.

(2) La verdadera bondad de corazón crea el mismo impulso. No podemos poseer verdaderamente el tesoro para nosotros mismos sin sentir lástima por aquellos que no lo tienen. (3) La lealtad a Cristo crea el mismo impulso. Si somos fieles a nuestro Señor, sentiremos que no podemos dejar de hablar y defenderlo, y que aún más cuando Su nombre no es amado ni honrado.

II. Este incidente sugiere la obligación universal de todos los cristianos de dar a conocer a Cristo. Estos hombres no eran funcionarios. En estos primeros días, la Iglesia tenía una organización muy flexible. Pero los fugitivos de nuestra narrativa parecen no haber tenido entre ellos ni siquiera a los humildes oficiales de los tiempos primitivos. Todo cristiano está solemnemente obligado a cumplir la intención divina y a prestar atención al imperativo mandamiento: "De gracia recibisteis, dad de gracia".

III. Observe el mensaje simple que proclamaron. Su mensaje no era más que la proclamación de su propia experiencia personal. Habían encontrado a Jesús para ellos mismos como amante y Señor, amigo y Salvador de sus almas, y la alegría que habían recibido buscaban compartirla con estos griegos, adoradores de dioses y muchos señores.

IV. Fíjense en el poderoso Ayudador que hizo prosperar su trabajo. "La mano del Señor estaba con ellos". Qué poco sabemos cualquiera de lo que será de nuestro pobre trabajo, bajo Su cuidado protector. Qué poco sabían estos hombres que estaban sentando las bases del gran cambio que iba a transformar a la comunidad cristiana de una secta judía en una iglesia que abarcara el mundo. Sembremos la semilla y Él le dará un cuerpo como le plazca.

A. Maclaren, El secreto del poder, pág. 294.

Referencias: Hechos 11:20 ; Hechos 11:21 . Trescientos bosquejos del Nuevo Testamento, pág. 113; Preacher's Monthly, vol. v., pág. 262. Hechos 11:21 .

Spurgeon, Sermons, vol. xxii., No. 1282. Hechos 11:22 ; Hechos 11:23 . J. Keble, Sermones para los días de los santos, pág. 234.

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