Juan 12:24

Tratemos de comprender este principio en su sencillez y fuerza. En la naturaleza, "un grano de trigo" es lo que es en sí mismo. El entierro en la tierra y la muerte hacen un cambio maravilloso en el trigo; ya no está solo en sí mismo; reúne más, se multiplica, sale, se asocia y aumenta en muchas cosas como él mismo. "Da mucho fruto". Lo mismo ocurre con el reino de la gracia. La muerte es esencial para todo aumento; todo lo que no sufre la muerte, es solitario; todo lo que daría fruto, debe morir.

I. Considere este principio, primero, en lo que respecta a Cristo mismo. Cristo podría, si le hubiera agradado tanto, habitar con el Padre, en la gloria que tuvo con Él antes que el mundo existiera. Habría sido feliz en la adoración de los ángeles y en sus propias perfecciones. Pero en lo que respecta a lo que ahora constituye el carácter y el ser mismo del Señor Jesucristo, habría estado solo. Tal felicidad no era la felicidad del corazón de Jesús.

Él no podía, en Su misma naturaleza, consentir en la vida solitaria. Por lo tanto, para que no estuviera solo, esa hermosa planta plantada por el Señor cayó al suelo y murió. Y este fue el gozo que lo sostuvo todo el tiempo, que no estaría solo después. La conversión y la vida de todo el mundo surge de la caída de esa preciosa semilla en la tierra.

II. Pero el principio que es cierto de la vida de Cristo, exteriormente, es igualmente cierto de la vida interior de Cristo en el alma de un hombre; todo vivir sale de morir. Traemos con nosotros al mundo un cierto carácter natural; no es el carácter que debería ser, no es el carácter que ha de ser; pero en ese carácter natural hay un germen, hay una capacidad. Ahora bien, el gran proceso de la gracia, cuando llega al alma, es que ese carácter natural, que comúnmente llamamos yo, morirá, para que el germen y la capacidad del bien se despliegue y se expanda.

Cuando se desarrolla, el anciano muere bajo el desenvolvimiento del principio de la gracia, la vieja naturaleza se desvanece. Y ahora lo nuevo que surge es el hombre espiritual. Es como Cristo, es puro, bueno y útil; para alabanza de Dios, da mucho fruto.

J. Vaughan, Fifty Sermons, undécima serie, pág. 251.

Referencias: Juan 12:24 . Púlpito contemporáneo, vol. iii., pág. 257; vol. x., pág. 304; D. Fraser, Metáforas de los Evangelios, pág. 328; G. Moberly, Plain Sermons at Brightstone, pág. 76; SC Gordon, Christian World Pulpit, vol. ii., pág. 72; Ibíd., Vol. x., pág. 347; D. Young, Ibíd., Vol. xxix., pág.

253; FJ Austin, Ibíd., Vol. xxx., pág. 268; JR Macduff, Communion Memories, pág. 1. Juan 12:24, Juan 12:25 . C. Kingsley, Día de Todos los Santos, pág. 101; S. Cox, Exposiciones, segunda serie, pág. 258. Juan 12:24 . GRAMO.

Calthrop, Palabras dichas a mis amigos, pág. 1 3 Juan 1:12 : 25. EW Shalders, Christian World Pulpit, vol. viii., pág. 181.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad