Juan 6:70

I. Note primero, la relación de Judas y Jesucristo. Fue uno de los doce apóstoles seleccionados; tenía todos los privilegios, todas las oportunidades, de los queridos y cercanos compañeros de Cristo; fue elegido, al igual que Pedro, Juan y Santiago, de entre el creciente número de discípulos, para ser los principales compañeros, los principales mensajeros de Jesucristo. Es terrible pensar que un apóstol fue un traidor; que un hombre tan vallado con salvaguardias, haga naufragio de su alma.

II. ¿Qué fue en el caso de Judas que lo convirtió en un traidor? ¿Qué hay en la raíz de la travesura? porque no podría haber resultado tan malo de una vez. La raíz del mal, la pequeña semilla que creció y trajo tal cosecha de maldad a Judas, fue esta: le gustaba el dinero; y, lamentablemente para él, tenía en su puesto de portador la oportunidad de complacer su amor por el dinero. Muchos pequeños actos de hurto, muchas apropiaciones deshonestas de los fondos que se le habían confiado, deben haber precedido al acto final de maldad. Cuando el amor por el dinero se arraiga en un hombre, lo cambia para peor. Amortigua la religión en su alma. Cierra su compasión. Impide que su mano haga el bien.

III. Observe cuál fue ese pecado del que Judas fue culpable, traicionó a su Maestro. Traicionamos a Cristo cuando, por miedo o por cualquier otro motivo, rehuimos confesarlo ante los hombres; cuando nos mantenemos al margen y vemos a nuestro Maestro negado y deshonrado, y no tenemos el valor de mostrar nuestros colores. Traicionamos a Cristo cuando nos ponemos del lado del enemigo; cuando nos apartamos de Su costado; cuando le damos la espalda a Sus ordenanzas.

IV. Todo arrepentimiento no es verdadero arrepentimiento; no es arrepentimiento para vida. El dolor de Judas fue el dolor del mundo que obra la muerte. Fue desesperación. Si Judas hubiera creído que Dios es clemente y poderoso, incluso en su terrible situación, podría haber buscado y obtenido el perdón.

RDB Rawnsley, Village Sermons, tercera serie, pág. 74.

Referencias: Juan 6 AB Bruce, The Training of the Twelve, p. 121. Jn 6:70, Juan 6:71 . Revista del clérigo, vol. ii., pág. 155. Juan 7:5 . EM Goulburn, El evangelio de la infancia, pág.

235; Homilista, tercera serie, vol. ix., pág. 45. Juan 7:6 ; Juan 7:7 . Revista homilética, vol. x., pág. 141. Jn 7: 8. H. Wace, Expositor, segunda serie, vol. ii., pág. 197 Juan 7:11 .

Spurgeon, My Sermon Notes; Evangelios y Hechos, pág. 136. Juan 7:15 . H. Wonnacott, Christian World Pulpit, vol. xiv., pág. 46.

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