Santiago 5:13

La Visitación de los Enfermos.

I.Para entender la cláusula que se refiere a la unción con aceite, debe recordarse que en aquellos primeros y sencillos días, cuando se sabía poco sobre la estructura del cuerpo humano, y el arte de curar se resolvía mucho en una especie de rudo En la cirugía, el aceite se consideraba un gran reconstituyente como, de hecho, lo es ahora y como la mejor forma de medicina. En el Antiguo Testamento, Isaías habla de heridas y contusiones que nunca se han cerrado, ni vendado, ni aplacado con ungüento; y en el Nuevo Testamento, cuando el buen samaritano vendó las heridas del viajero a Jericó, le dio aceite como medicina y vino.

Por tanto, aquí se prescribe la aplicación de aceite posiblemente como el medio que agradaría a Dios bendecir para la curación del enfermo, posiblemente sólo como símbolo de esa curación; pero ya sea el medio o símbolo prescrito, no se puede imaginar una perversión mayor de un pasaje de las Escrituras que la que ha encontrado aquí una garantía para lo que los romanistas llaman "extremaunción", es decir, ungir, como un ceremonial religioso, a un paciente que es entregado por un médico y está a punto de morir.

Mientras oramos por la recuperación de nuestro amigo enfermo, debemos recordar al mismo tiempo que Dios Todopoderoso obra por medios y aplicar al paciente los remedios que prescribe un médico; en una palabra, la medicina moderna, del tipo que sea, corresponde al aceite antiguo.

II. "Si hemos cometido pecados, le serán perdonados". El Apóstol naturalmente quiere decir, si con respecto a su enfermedad particular ha cometido pecados. En un sentido general, todos hemos cometido pecados, y es perfectamente cierto que existe una profunda conexión entre el pecado y la enfermedad; pero al mismo tiempo no se puede decir de un caso particular de enfermedad que el paciente esté sufriendo por sus propios pecados.

III. La visitación de los enfermos puede realizarse en forma de simpatía fraterna, así como de deber ministerial. Ese agradecido reconocimiento del Rey en el día del relato final, "Estuve enfermo, y me visitasteis", seguramente no se hará solo al clero, sino a todos los que han traído los acentos de la simpatía y los consuelos de la religión a la cabecera de los enfermos y los que sufren.

EM Goulburn, Penny Pulpit, Nueva Serie, No. 241.

Referencia: Santiago 5:14 . Homiletic Quarterly, vol. i., pág. 132.

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