Santiago 5:15

Entre todas las pruebas de la vida, no hay ocasión en la que sintamos más profundamente la necesidad de la mano amiga de Dios que cuando nos sentimos abatidos por la enfermedad, o cuando temblamos por la vida de algún miembro de nuestra casa o de un amigo cercano y valioso. La confianza inquebrantable en Dios inspira la creencia de que todo lo que sea realmente mejor, nuestro misericordioso Padre se asegurará de concederlo.

I. Siempre debemos ser humildes en nuestras oraciones. Sin duda, muchas peticiones son rechazadas por un tribunal superior por falta de humildad en el corazón de quienes las presentaron.

II. La seriedad importuna es otra característica de la oración exitosa, si, al mismo tiempo, tenemos el espíritu de sumisión a la sabiduría de nuestro Padre celestial.

JN Norton, Todos los domingos, pág. 351.

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