Mateo 12:13

'CRISTO QUE FORTALECE'

Extiende tu mano. Y lo extendió.

Mateo 12:13

Un hombre con la mano seca es un hombre que conoce su propia impotencia.

I. El método de Cristo — Este es el hombre a quien Cristo dijo: "Extiende tu mano". Era precisamente lo que el hombre no podía hacer. Era lo último que el mundo hubiera esperado que hiciera el hombre; pero fue lo primero que Jesucristo le ordenó hacer. Cuán diferente es el método de Cristo del del mundo. Donde el mundo se desespera, Jesucristo actúa. Donde el mundo calla, Jesucristo habla.

El mundo abusa de los fracasos; Jesucristo les ayuda en silencio. Donde el mundo da la espalda a los marchitos e indefensos, Jesucristo pronuncia la palabra de un mandamiento alentador: "Extiende tu mano".

II. Ayuda para los desamparados . Lo único que necesitan aprender en esto aquellos que están persuadidos de su impotencia, es decir, que hay mucho más en su poder de lo que piensan. Es muy difícil ayudar a quienes no se ayudan a sí mismos. El mundo está lleno de esta gente indefensa, la gente con las manos marchitas. "Extiende tu mano" fue la palabra dicha por Cristo. Es la palabra adecuada para la gente débil y sin esfuerzo que tenemos a la vista.

No es un argumento lo que esa gente quiere, sino ayuda; no es protesta, sino cooperación: la simpatía cooperativa o, mejor aún, la cooperación solidaria de la voluntad fuerte con la débil; la voz amable, firme, fuerte, sumisa y persuasiva: "Extiende tu mano".

III. Cristo que fortalece — El hombre que no encuentra fuerza en sí mismo, puede encontrarla en otro. No es capaz, pero el otro es fuerte. No puede lograrlo, pero con el Fuerte a su lado la situación cambia. Lo que parecía más allá de su poder comienza a parecer simple y natural. Esto es lo que encontró San Pablo. Aquí está su visión de sí mismo: "Sé que en mí (que está en mi carne) no mora el bien". Aquí está su punto de vista cuando se da cuenta de que Cristo está a su lado. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

—Obispo W. Boyd Carpenter.