Entonces le dijo al hombre. - San Marcos, con su viveza habitual, añade la mirada, el gesto y el sentimiento que acompañan a las palabras, “mirándolos con rabia, entristeciéndose por la dureza de su corazón”.

Fue restaurado íntegro , es decir, como implica el tiempo verbal, en el acto de extender la mano hacia adelante. La pronta obediencia del hombre al mandamiento, que si no hubiera creído en el poder de Jesús le habría parecido una burla vana, fue, ipso facto, una prueba de que tenía "fe para ser sanado".

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