Ofrecieron sacrificios a los demonios.

la adoración del diablo

I. El diablo de la sensualidad. Esto incluye la intemperancia, el libertinaje y la gratificación de todos los apetitos animales inferiores. ¿No sacrifican los hombres en todas partes el intelecto, el genio, el tiempo, el dinero, la salud e incluso la vida misma en su santuario infernal?

II. El diablo de la avaricia. La codicia de la ganancia, el deseo de riqueza, es la inspiración de millones en esta era mercenaria. La verdad, la honestidad, la conciencia, el respeto por uno mismo, la libertad moral, la paz y el honor se sacrifican a esta siniestra deidad.

III. El diablo de la vanidad. Amor al espectáculo, deseo de aplauso popular. Se sacrifican fortunas a este diablo.

IV. El diablo del sectarismo. Difícilmente se puede encontrar un diablo mayor que éste. A ella los hombres sacrifican la verdad, la caridad, la nobleza moral. ( Homilista. )

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