Escribe la visión y hazla clara.

La enseñanza debe ser sencilla

¡Piense en ese tren de excursión en ferrocarril mientras avanza a toda prisa con una velocidad impetuosa! Allí se reúne una gran multitud, ¡y qué variados y complicados son los intereses de cada uno! Un rápido impulso impulsa el conjunto; ese impulso reside en cada miembro del grupo; un solo espectador lo dirige y controla todo. En un momento inesperado, una conmoción, como de un rayo, los aplasta; en un abrir y cerrar de ojos, los elementos de la destrucción se desatan terriblemente; cada desventurado se convierte en un instrumento de daño o muerte para su vecino.

¡Qué dolor puede pintar el terror, la agonía, la angustia de tal escena! Serán recordados durante largos, largos años en formas mutiladas, con los nervios sacudidos, en hogares de duelo o huérfanos; los registros harán temblar a las multitudes junto a sus fogatas, o los perseguirán en sus sueños. ¡Tales han sido los efectos de una señal falsa o errónea! Los que somos ministros del Evangelio recordemos qué intereses tenemos y cuánto más precioso es el alma que el cuerpo. ¡Cuidémonos! Hay en la época en que vivimos, impulsos espirituales innumerables, extraños, impetuosos. ¡Y nosotros somos los señaladores! ( JG Miall. )

La voz del viejo púlpito

I. La disculpa del viejo púlpito por hablar. Soy viejo. Mi apariencia exterior se ha diversificado en diferentes momentos y lugares. Tengo una variedad de experiencias. Mi gran influencia es reconocida por una gran mayoría en todas las épocas y climas.

II. Las quejas y jactancias del viejo púlpito.

1. Mis quejas:

(1 ) Me quejo porque algunos personajes muy impíos se han tomado la libertad de subir mis pasos.

(2 ) Porque algunos me miran como un mero taller para ganarme la vida.

(3 ) Porque me he visto obligado a servir como escenario para exhibir a los hombres, y no a Cristo.

(4 ) Porque he sido utilizado durante demasiado tiempo como un lugar de refugio para el fanatismo ciego y el prejuicio.

(5 ) Porque muchos de los que estuvieron en mi piso no hicieron mi trabajo con todas sus fuerzas.

(6 ) Porque no me han prestado más atención.

2. Mis jactancias.

(1 ) En la multitud de mis hijos.

(2 ) De la fama de mis hijos.

(3 ) En la grandeza y gloria de mis temas.

(4 ) En la extensión de mi influencia en el mundo.

(5 ) En la preservación de mi vida a pesar de numerosos y poderosos enemigos.

(6 ) Que soy el gran favorito del cielo. ( J. Roberts. )

La sencillez y la franqueza de la salvación evangélica

La visión debía escribirse en tablas y aclararse para que todo el que la leyera pudiera correr. El que dio la visión ordenó que se dejara claro en las tablas, para que los que estaban en peligro pudieran aprender de inmediato el camino de escape, y para que sin un momento de demora pudieran correr por ese camino y ser liberados. ¿Cuál era el peligro con el que la gente estaba amenazada, y del cual esta visión iba a indicar la vía de escape? Por lo general, se piensa que es una invasión anticipada de los caldeos.

Me parece que el peligro es aquel al que están expuestos todos los hombres como pecadores; y que la vía de escape indicada es la que nos revela el Evangelio de Jesucristo. Considero al profeta como aquí comisionado para anunciar a sus compatriotas, y finalmente, a través del volumen de inspiración, al mundo en general, la locura, el pecado y el peligro de rebelión contra Dios y el olvido de Él; y habiéndoles advertido así de la maldad y el peligro de sus caminos, para insistirles sobre la importancia de correr por el camino que ha sido abierto para su escape. A favor de esta interpretación se pueden aducir las siguientes consideraciones:

1. Mire las circunstancias en las que el profeta nos dice que esta comisión le fue entregada.

2. En Habacuc 2:4 hay un pasaje citado tres veces por el apóstol Pablo, que se aplica a la salvación del Evangelio, al disfrute de la vida eterna.

3. Pedro ( Hechos 10:43 ) le dice a Cornelio que todos los profetas predicaron la doctrina de la salvación por fe a través de Cristo.

4. La interpretación propuesta parece dar mayor unidad y adecuación a las declaraciones posteriores del profeta. La comisión, entonces, que el profeta recibió de Dios fue una comisión para declarar clara y fielmente a los hombres su culpabilidad y peligro como pecadores contra Dios, y señalarles esa salvación en relación con la cual Dios se reveló a ellos, que ellos pueden escapar de las calamidades a las que su iniquidad los ha expuesto. Está claro, entonces, que para determinar correctamente el camino de la salvación debemos ir a los registros escritos de la voluntad de Dios y leer. ( W. Lindsay Alexander, DD )

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