A los cuales envié de este lugar a la tierra de los caldeos para su bien.

La acción del amor

El Señor dice que enviará a su pueblo al cautiverio "para su bien". ¡Cuán maravillosa es la acción del amor! El padre despide al niño sin el que no puede vivir por el bien del niño; los hombres emprenden viajes largos, peligrosos y costosos para lograr un propósito bueno. El mismo Jesucristo dijo a sus asombrados discípulos: "Os conviene que yo me vaya". ¿Quién puede comprender esta acción de amor? Nos parecería ser de otra manera: que sería mejor que Jesús se quedara hasta que el último vagabundo esté en casa.

¿No somos despedidos? ¿No hemos perdido fortuna, posición, en pie? ¿No hemos sido castigados de mil formas diferentes: castigados, humillados, afligidos? ¿No hemos sido de repente rodeados de nubes en las que no había luz, sí, y nubes en las que no había lluvia, simplemente oscuridad, noche séptuple? Sin embargo, fue por nuestro bien; era para que nuestra vanidad fuera reprendida, para que se encontrase el centro de dependencia, para que se viera y se acercase el trono de la justicia. Miremos nuestras aflicciones, angustias y pérdidas bajo esa luz. ( J. Parker, DD )

Las circunstancias externas no tienen un estándar para juzgar el verdadero estado de uno.

A los cautivos que ya están en Babilonia se los compara con buenos frutos, que son aptos para el consumo y dulces al paladar. La fiesta en Jerusalén, aún libre, se compara con la mala fruta, no apta para el consumo y nauseabunda al paladar. Y, sin embargo, si se juzgaba por el mero aspecto exterior de las cosas, el estado de los cautivos en la ciudad de los enemigos parecía mucho más indeseable que el de sus hermanos en la metrópoli de su propia tierra.

Por tanto, vemos que el bien o el mal de las circunstancias de uno no debe ser juzgado por las apariencias externas. A menudo, lo que parece una posición particularmente difícil y angustiosa resulta ser la mejor para nosotros. Dios nos humilla y nos prueba duramente al principio, para hacernos bien en nuestro fin. ( AR Fausset, M. A. )

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