Tú nos has mandado que guardemos tus preceptos con diligencia.

Razones para la diligencia en obedecer a Dios

En los asuntos mundanos no se puede hacer nada importante sin diligencia; mucho menos en espiritual. Por tres causas debemos guardar los mandamientos del Señor con diligencia: primero, porque nuestro adversario, que procura atraparnos con su transgresión, es diligente en tentar; luego, porque nosotros mismos somos débiles y enfermos; por la mayor diligencia tenemos que cuidarnos a nosotros mismos; en tercer lugar, debido a la gran pérdida que sufrimos por cada ventaja que Satanás obtiene sobre nosotros. Porque encontramos por experiencia que así como una herida se hace antes de lo que se cura, así la culpabilidad de conciencia se contrae fácilmente, pero no se elimina tan fácilmente. ( Obispo Cowper. )

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