Pero Naamán se enojó, y se fue y dijo: He aquí, pensé: Ciertamente saldrá a mí, y se pondrá en pie, e invocará el nombre de Jehová su Dios, y golpeará su mano sobre el lugar, y recuperará el leproso.

Ver. 11. He aquí, pensé, seguramente saldrá a mí. ] Aquí tenemos una viva imagen de la naturaleza pura, o más bien impura, un verdadero patrón de su carácter; cómo se deja llevar por el sentido y la razón, se apega a sus propios principios, malinterpreta las intenciones de Dios, domina las suyas, etc.

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