Y ejerce todo el poder de la primera bestia delante de él, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.

Ver. 12. Y ejerce ] El poder de hablar blasfemias, de librar guerras, de gobernar familias, lenguas y naciones, etc., a pesar de su cabeza herida, que en cierto modo es curada por la astucia y sutileza de los jesuitas, y otros los emisarios del Papa. La primera bestia, dice Forbes, es el reino de Roma bajo el Pontificality; la segunda bestia es el Pontificality que aviva maravillosamente a la bestia herida a ese estado; ambos son lo mismo, excepto en consideración, como ya he dicho.

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