Eclesiastés 7:2 [Es mejor] ir a la casa del duelo, que ir a la casa del banquete: porque ese [es] el fin de todos los hombres; y el que vive lo pondrá en su corazón.

Ver. 2. Es mejor ir a la casa del duelo. ] A la casa de denominación, como la llaman, donde se coloca un cadáver para entierro, y en ese sentido llorando y lamentándose, que es una de las obligaciones de los muertos, a cuyos cuerpos se siembran en corrupción y se riegan normalmente. con lágrimas. Por lo tanto, es mejor elegir entre ellos, mezclarse con los dolientes, seguir el coche fúnebre, llorar con los que lloran, visitar a los afligidos, que es un medio especial de mortificación, que ir a la casa de banquete, donde no es más que alegría y alegría, matar bueyes y matar ovejas, comer carne y beber vino, sí, por tanto, comer y beber, porque mañana morirán.

Ede, bibe, lude, nulla voluptas post mortem. b ¿Qué provecho se puede obtener entre esos sibaritas sibaritas? ¿Qué sano remedio contra la vanidad de la vida? Por lo tanto, es mucho mejor ir a la casa del duelo, donde un hombre puede ser movido con compasión, con remordimiento, con la debida y profunda consideración de su condición dolorosa y agonizante; donde puede escuchar a Abel muerto con una elocuencia muda predicando y presionando esta lección necesaria pero muy descuidada, que "este es el fin de todos los hombres, y los vivos deben tomarlo en serio"; o, como dice el hebreo, "ponlo en su corazón", oblígalo a sus afectos; inditurus est iliad animo suo,de modo que Tremelius lo traduce, lo cuidará de tal modo que haga su mejor uso de él, de modo que diga con Job: "Sé que me llevarás a la muerte"; Job 30:23 y con David: "He aquí, has hecho mis días como un palmo"; Sal 39: 4-5 y como Moisés, quien cuando vio los cadáveres del pueblo caer tan rápido en el desierto, "Señor, enséñanos", dijo, "para contar nuestros días, para hacer que nuestros corazones" (de sí mismos nunca un ápice) "para llegar a la sabiduría". Sal 90:12

a τα νομιζομενα

b Sardanapali vox belluina.

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