Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así permitir que las esposas estén a sus maridos en todo.

Ver. 24. Por tanto, como Iglesia ] Negándose a sí misma para agradar a Cristo, haciendo de su voluntad su voluntad.

En todo ] En todos los mandatos y restricciones legales de su marido. Una esposa no debe tener voluntad propia, sino someterse a la de su esposo; aunque hay quienes dicen alegremente que cuando el hombre perdió el libre albedrío, la mujer lo retomó.

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