Y de tus vestidos tomaste, y adornaste tus lugares altos con diversos colores, y te prostituiste con ellos: [cosas semejantes] no vendrán, ni será [así].

Ver. 16. Y de tus vestidos tomaste. ] No escatimaste en gastos para engañar tus fauces y monumentos de idolatría. Ya no los papistas: sean testigos de sus iglesias, sí, de sus claustros y cementerios (por falta de espacio en el interior), llenos de sus regalos prometidos y ricas vestimentas. Además de que adornan y suministran sus doctrinas heréticas con testimonios de la Sagrada Escritura, que desvirtúan, y con la autoridad de los antiguos padres, a quienes injurian, Quaerit diabolus a te ornari, dijo Agustín a un erudito suyo, que era culto y lascivo; es decir, el diablo quisiera ser disfrazado por ti.

No vendrán cosas semejantes. ] Una idolomanía tan desesperada como la tuya difícilmente puede ser igualada o encontrada en ningún lado. De modo que un inglés italienado [ltalianizado] es incluso un demonio encarnado. Julián el apóstata fue llamado por algunos Idoliano.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad