Entonces dijeron: Venid, y planeemos maquinaciones contra Jeremías; porque la ley no perecerá del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni la palabra del profeta. Venid y golpeémosle con la lengua, y no hagamos caso de ninguna de sus palabras.

Ver. 18. Entonces dijeron: Venid, ideemos artilugios. ] Palabras con sabor de espíritu exultante contra Dios y su fiel profeta, quem toto coelo hic explodunt, a quien desprecian vergonzosamente y se oponen desesperadamente, tanto con sus lenguas virulentas como con sus manos violentas. De ahí su consiguiente queja, y no sin motivo.

Porque la ley no perecerá del sacerdote, etc. ] Como él quiere persuadirnos, lo hará. Todavía tendremos sacerdotes, sabios y profetas; mejor que él. Cerremos, pues, su boca, o eliminémoslo, no habrá gran pérdida de él.

Ven, golpeémoslo con la lengua. ] Cargándolo de calumnias y haciendo falsas acusaciones contra él. Algunos hombres tienen lenguas muy afiladas. El que era famoso por los abusos desnudos y azotados, no tenía más que su lengua para azotarlos. Algunos lo traducen: Golpeemos esa lengua suya, es decir, atemos y manipulemos, para que no nos reprenda más. O si lo hace, todavía

No prestemos atención a ninguna de sus palabras. ] Si no podemos dominar su lengua, dominemos nuestros propios oídos y digamos: Tu linguae, nos aurium domini. ¿Y no es éste el idioma mismo de los romanistas? Non tam ovum ovo símil, etc.

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