Toman el tambor y el arpa, y se regocijan con el sonido del órgano.

Ver. 12. Toman pandero y arpa ] Los toman y son llevados con ellos, derretidos en delicias sensuales, que los sabios desprecian. El filósofo les dijo a los violinistas que podía ser feliz sin música. Aristóteles dijo: Júpiter es feliz y, sin embargo, no es músico. Uno en Plutarco dice de los escitas, que aunque no tenían música ni enredaderas entre ellos, tenían a Dios. Aquí se alega, como parte de su lascivia y lujo, que tomaron o tocaron el pandero, etc.

No es que la música sea lícita, porque es un don de Dios y un arte noble; pero aquí se nota el abuso de ella, como también Isa 5:12 Amós 6:5 . Ver Trapp en " Isa 5:12 " Ver Trapp en " Amo 6: 5 " Estos malvados y sus hijos vivían con placer en la tierra (que no es un lugar para tal propósito; Dios no echó al hombre de un paraíso que él podría hacerse otro), Santiago 5:5 , y eran como la gente de Tombutum, en África, que se dice que pasa todo su tiempo cantando y bailando.

No es bueno que los hombres se complazcan en el placer, que pasen demasiado tiempo en él, como lo hizo Salomón y después Cleopatra. No era simplemente un pecado en Esaú salir a cazar; pero, sin embargo, cuanto más lo usaba, más profano se volvía, y finalmente llegó a despreciar su primogenitura.

Se regocijan con el sonido del órgano ] Su regocijo era meramente carnal; prefirieron deleitarse que regocijarse. Su alegría no terminó en agradecimiento; Su música los hizo no tener una mentalidad más celestial, como lo hizo el difunto y santo señor Esty, quien cuando se sentó y escuchó un dulce concierto de música, pareció en esta ocasión llevado por el tiempo anterior al lugar de su descanso, diciendo muy apasionadamente, ¡Qué música podemos pensar que hay en el cielo! (Dr. Hall, Art of Div. Medit.) El instrumento aquí mencionado tiene su nombre (como nota Mercer) Ab amore, oblectatione, et lusu, por amor, deleite y deporte. Amabit sapiens, cupient caeteri, dice Séneca.

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