El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

32 Pero del día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.

33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.

34 Porque el Hijo del Hombre es como un hombre que va de viaje lejos, que salió de su casa y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su trabajo, y ordenó al portero que vigilara.

Ver. 34. El portero para mirar ] Que el resto hizo su trabajo.

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