Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, a la medianoche, al canto del gallo, o a la mañana.

Ver. 35. Cuando venga el amo ] Pero vendrá a juicio, tan seguro como que ha destruido a Jerusalén; esta es una promesa del otro.

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