Pero yo os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, pero hicieron con él todo lo que quisieron. Asimismo también el Hijo del Hombre padecerá por ellos.

Ver. 12. Pero yo os digo que Elías ha venido ] Todo lo que es probable que venga, sin embargo el papista Belarmino (como si fuera para frustrar a Cristo), al depravar esa profecía en el Apocalipsis que toca a los dos testigos, que dicen que son Enoc. y Elías, necesitarán persuadirse a sí mismos ya otros, de que Elías el tisbita debe venir antes de que el Anticristo sea revelado. No recito sus argumentos; su autor es Papías, quien fue el primero en idear y divulgar esta fábula.

Papías, ese milenario milenario, erudito de San Juan, era un hombre muy respetado por la opinión de su santidad y erudición, pero, sin embargo, homo ingenii pertenuis, dice Eusebio, no muy oprimido por el ingenio. Pero si nunca hubiera sido tan absoluto de otra manera, seguramente estaba en esto. Y aquí podemos decir verdaderamente de él como los papistas dijeron falsamente de otro, Berengarius cum esset multum peritus, multum erravit.

a Pero si Papías o cualquier otro escritor antiguo o moderno hubiera dicho tanto en contra de los dotages papistas como este hombre ha hecho por ellos, Belarmino, probablemente, habría respondido, como en el mismo caso que hizo con Ireneo, Tertuliano, Eusebio y Lutero, le respondo, "todos son herejes descarados". Omnes manifesti haeretici sunt.

Y no le conocieron] Como tampoco ellos, el Señor de la gloria, porque Dios lo había escondido debajo del hijo del carpintero. Los cristianos son todos "gloriosos por dentro", como el tabernáculo, que era de oro por dentro y pelo de cabra por fuera: como la vara de Bruto, que, como dice Plutarco, era de oro por dentro y cuerno por fuera. Son príncipes en todas las tierras, pero como príncipes en tierras extranjeras, son ignorantes y, por lo tanto, desconocidos, como dice el proverbio del norte.

Pero a medida que, si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria: es así, ¿el mundo conoce el valor de un santo, de un ser tal como era el Bautista en especial, b que se le han dado, pero demasiado honor, como Cornelio hizo con Pedro, como Crisóstomo hizo con Babylas, y como Tertuliano hizo con otros mártires, a quienes por escrito les dice: Non tantus sum ut vos alloquar, no soy digno de hablarles ni una sola vez.

a Antoninus apud Ussierium, de Christ. Eccles. éxito, et slatu.

b Magnus atque admirabills vir, si modo viri nomine designari illum fas est. Chrysost. O en. contra los gentiles.

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