Por tanto, hermanos, deudores somos, no de la carne, para vivir conforme a la carne.

Ver. 12. No a la carne ] No le debemos a la carne más que rayas, nada más que el ojo azul que le dio San Pablo. Debe ser dominado y mortificado. Echa a este Agar al aire libre, cuando una vez se vuelva altivo.

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