17-25 Hay que procurar que los ministros se mantengan. Y los que son laboriosos en esta obra son dignos de doble honor y estima. Es lo que les corresponde, tanto como la recompensa del trabajador. El apóstol encarga solemnemente a Timoteo que se guarde de la parcialidad. Tenemos gran necesidad de vigilar en todo momento, para no participar de los pecados de otros hombres. Guárdate puro, no sólo de hacer lo mismo tú, sino de tolerarlo o de ayudar de alguna manera a otros. El apóstol también encarga a Timoteo que cuide su salud. Así como no debemos hacer que nuestros cuerpos sean amos, tampoco debemos hacerlos esclavos; sino que debemos usarlos de manera que nos sean más útiles en el servicio de Dios. Hay pecados secretos y pecados abiertos: algunos pecados de los hombres están abiertos de antemano y van por delante hasta el juicio; otros vienen después. Dios sacará a la luz las cosas ocultas de las tinieblas, y dará a conocer los consejos de todos los corazones. Esperando el día del juicio, ocupémonos todos de nuestros propios oficios, ya sea en puestos superiores o inferiores, estudiando que el nombre y la doctrina de Dios nunca sean blasfemados por nuestra causa.

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