20-24 Lo que es motivo de alegría para los siervos de Dios en la tierra, es motivo de alegría para los ángeles en el cielo. Los apóstoles, que son honrados y adorados diariamente en Roma de manera idolátrica, se alegrarán de su caída. La caída de Babilonia fue un acto de justicia de Dios. Y como fue una ruina definitiva, este enemigo no debería molestarlos nunca más; de esto se les aseguró mediante una señal. Tomemos la advertencia de las cosas que llevaron a otros a la destrucción, y pongamos nuestros afectos en las cosas de arriba, cuando consideremos la naturaleza cambiante de las cosas terrenales.

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