6-8 Dios, en sabiduría, nos ha mantenido alejado del conocimiento de eventos futuros, para que siempre estemos listos para los cambios. Todos debemos morir, ningún vuelo o escondite puede salvarnos, ni existen armas de resistencia efectiva. Noventa mil mueren cada día, más de sesenta por minuto y uno cada momento. ¡Qué solemne es el pensamiento! ¡Oh, que los hombres fueran sabios, que entendieran estas cosas, que consideraran su último fin! Solo el creyente está preparado para enfrentar la solemne convocatoria. La maldad, por la cual los hombres a menudo escapan a la justicia humana, no puede protegerse de la muerte.

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