20,21 Es conveniente terminar siempre las oraciones con alabanzas. Esperemos más y pidamos más, alentados por lo que Cristo ya ha hecho por nuestras almas, estando seguros de que la conversión de los pecadores y el consuelo de los creyentes serán para su gloria, por los siglos de los siglos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad