15-24 San Pablo fue maravillosamente llevado al conocimiento y a la fe de Cristo. Todos los que se convierten salvíficamente, son llamados por la gracia de Dios; su conversión se produce por su poder y gracia que actúa en ellos. De poco nos servirá que se nos revele Cristo, si no se revela también en nosotros. Se preparó al instante para obedecer, sin dudar en cuanto a su interés mundano, su crédito, su facilidad o la vida misma. Y ¡qué motivo de agradecimiento y alegría es para las iglesias de Cristo, cuando oyen hablar de tales casos para alabanza de la gloria de su gracia, los hayan visto o no! Glorifican a Dios por su poder y misericordia al salvar a tales personas, y por todo el servicio a su pueblo y a su causa que se hace, y que se puede esperar de ellos.

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