1-9 ¿Puede algún dios pagano levantar a uno en justicia, hacer uso de él que le plazca, y hacerlo victorioso sobre las naciones? El Señor lo hizo con Abraham, o más bien, lo haría con Ciro. Los pecadores se animan unos a otros en los caminos del pecado; ¿No se levantarán los siervos del Dios viviente en su servicio? El pueblo de Dios es la simiente de Abraham, su amigo. Este es ciertamente el título más alto que se le ha dado a un mortal. Significa que Abraham, por gracia divina, fue hecho como Dios, y que fue admitido en comunión con Él. Felices son los siervos del Señor, a quienes ha llamado a ser sus amigos y a caminar con él en fe y santa obediencia. Que los que así han sido favorecidos no cedan al miedo; para el concurso puede ser fuerte, pero la victoria será segura.

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