1-13 Este capítulo contiene una aplicación general de todas las leyes dadas por Moisés, mediante promesas de recompensa en caso de obediencia, por un lado, y amenazas de castigo por desobediencia, por otro. Mientras Israel mantuviera un respeto nacional por la adoración de Dios, los sábados y el santuario, y no se apartara hacia la idolatría, el Señor se comprometió a seguir otorgándoles misericordias temporales y ventajas religiosas. Estas grandes y preciosas promesas, aunque se refieren principalmente a la vida presente, eran un tipo de las bendiciones espirituales aseguradas por el pacto de gracia para todos los creyentes, a través de Cristo. 1. Abundancia y cosecha de los frutos de la tierra. Toda buena dádiva y todo don perfecto deben esperarse de lo alto, del Padre de las luces. 2. Paz bajo la protección divina. Aquellos que moran en Dios habitan seguros. 3. Victoria y éxito en sus guerras. Lo mismo es para el Señor salvar por muchos o por pocos. 4. El aumento de su pueblo. La iglesia del evangelio será fecunda. 5. El favor de Dios, que es la fuente de todo bien. 6. Señales de su presencia en y por medio de sus ordenanzas. El camino para tener las ordenanzas de Dios establecidas entre nosotros es adherirse firmemente a ellas. 7. La gracia del pacto. Todas las bendiciones del pacto se resumen en la relación del pacto, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; y todas están fundamentadas en su redención. Habiéndolos comprado, Dios los reconocería y nunca los rechazaría hasta que ellos lo rechazaran.

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