12-21 Nada podría ser menos el resultado de la previsión humana que los eventos aquí relatados. Pero nuestro Señor conoce todas las cosas sobre nosotros antes de que sucedan. Si lo admitimos, morará en nuestros corazones. El Hijo del hombre va, como está escrito de él, como un cordero al matadero; pero ¡ay de aquel hombre por el que es traicionado! El hecho de que Dios permita los pecados de los hombres y se glorifique de ellos, no les obliga a pecar, ni esto será una excusa para su culpa, ni disminuirá su castigo.

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