13-21  Cristo llama a quien quiere, porque su gracia es suya. Había llamado a los apóstoles para que se separaran de la multitud, y ellos acudieron a él. Ahora les dio poder para sanar enfermedades y expulsar demonios. Que el Señor envíe más y más de los que han estado con él, y han aprendido de él a predicar su evangelio, para que sean instrumentos en su bendita obra. Aquellos cuyos corazones se ensanchan en la obra de Dios, pueden soportar fácilmente lo que es inconveniente para ellos mismos, y prefieren perder una comida que una oportunidad de hacer el bien. Aquellos que continúan con celo en la obra de Dios, deben esperar obstáculos, tanto del odio de los enemigos como de los afectos equivocados de los amigos, y necesitan protegerse de ambos.

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