14-21 Los fariseos se pusieron a buscar alguna acusación para que Jesús fuera condenado a muerte. Consciente de su designio, como no había llegado su hora, se retiró de aquel lugar. El rostro no responde más exactamente al rostro en el agua, que el carácter de Cristo dibujado por el profeta, a su temperamento y conducta tal como lo describen los evangelistas. Encomendemos con alegre confianza nuestras almas a tan amable y fiel Amigo. Lejos de quebrarse, fortalecerá la caña magullada; lejos de apagar el lino humeante, o la mecha casi apagada, más bien la hará arder. Dejemos a un lado los debates contenciosos y airados; recibámonos unos a otros como Cristo nos recibe. Y, animados por la amable bondad de nuestro Señor, roguemos para que su Espíritu descanse sobre nosotros y nos haga capaces de imitar su ejemplo.

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