1-7 Cuando los orgullosos pecadores son derribados, otros deben aprender a no levantarse. La caída de esta gran ciudad debería ser una lección para las personas privadas, que aumentan la riqueza por fraude y opresión. Están preparando enemigos para ellos mismos; y si el Señor ve bien castigarlos en este mundo, no tendrán ninguno para compadecerlos. Todo hombre que busca su propia prosperidad, seguridad y paz no solo debe actuar de manera honrada y honrada, sino con amabilidad hacia todos.

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