Quien nos salvó, por la fe. Aquí se describen admirablemente el amor del Padre, la gracia de nuestro Salvador y toda la economía de la salvación. Habiéndonos llamado con un llamamiento santo, que es todo de Dios y nos reclama a todos para Dios. Según su propio propósito y gracia, es decir, su propio propósito de gracia. Lo que nos fue dado, arreglado para nuestra ventaja, antes de que comenzara el mundo.

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