Yo conozco tus obras, tu disposición y comportamiento, aunque tú mismo no lo conoces. Que ni eres frío, un completo extraño a las cosas de Dios, que no te preocupas ni piensas en ellas. Ni caliente, como agua hirviendo: así deberíamos ser penetrados y calentados por el fuego del amor. Oh, si fueras ... Este deseo de nuestro Señor implica claramente que no obra en nosotros de manera irresistible, como lo hace el fuego en el agua que calienta. Frío o caliente - Incluso si tuvieras frío, sin ningún pensamiento o profesión de religión, habría más esperanzas de tu recuperación.

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