Y escuché una voz - Parece, de Dios mismo. Diciendo - Al jinete: "Hasta aquí vendrás, y no más lejos". Que haya una medida de trigo por un centavo - La palabra traducida medida, era una medida griega, casi igual a nuestro cuarto. Esta era la asignación diaria de un esclavo. El centavo romano, lo que ganaba un obrero en un día, equivalía a siete peniques medio penique inglés. Según esto, el trigo rondaría los veinte chelines por bushel.

Esto debe haberse cumplido mientras la medida griega y el dinero romano todavía estaban en uso; como también donde esa medida era la medida común, y este dinero la moneda corriente. Así sucedió en Egipto bajo Trajano. Y tres medidas de cebada por un centavo: o la cebada era, en común, mucho más barata entre los antiguos que el trigo, o la profecía menciona esto como algo peculiar. Y no dañes el aceite y el vino - Que no haya escasez de todo.

Que allí quedara alguna provisión para suplir la falta del resto. Esto también se cumplió durante el reinado de Trajano, especialmente en Egipto, que se encontraba al sur de Patmos. En este país, que solía ser el granero del imperio, había una escasez poco común al comienzo de su reinado; de modo que se vio obligado a abastecer al propio Egipto de maíz de otros países. La misma escasez hubo en el decimotercer año de su reinado, la cosecha falló por falta de la subida del Nilo: y eso no sólo en Egipto, sino en todas esas otras partes de África, donde el Nilo suele desbordarse.

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