Y vi, y he aquí un caballo pálido - Adecuado para la muerte pálida, su jinete. Y hades - El representante del estado de las almas separadas. Incluso con él lo sigue - Los cuatro primeros sellos se refieren a hombres vivos. Por tanto, la muerte se introduce correctamente. Hades solo se menciona ocasionalmente como un compañero de muerte. De modo que el cuarto sello llega hasta los límites de las cosas invisibles, que están comprendidas en los tres últimos sellos.

Y se le dio poder sobre la cuarta parte de la tierra: lo que antes era único y en menor grado, ahora se junta y mucho más severamente. El primer sello trajo consigo la victoria: en el segundo había "una gran espada"; pero aquí una cimitarra. En el tercero hubo escasez moderada; aquí hambre, plaga y fieras al lado. Y bien puede ser que desde la época de Trajano hacia abajo, la cuarta parte de los hombres sobre la tierra, es decir, dentro del imperio romano, muriera a espada, hambre, pestilencia y fieras.

"En ese momento", dice Aurelius Victor, "el Tyber se desbordó mucho más fatalmente que bajo Nerva, con una gran destrucción de casas y hubo un terrible terremoto en muchas provincias, y una terrible plaga y hambre, y muchos lugares consumidos por el fuego. . " Por la muerte, es decir, por la pestilencia, las fieras han destruido en varias ocasiones la abundancia de hombres; e indudablemente se les dio, en este momento, una fiereza y una fuerza poco comunes.

Es observable que la guerra trae escasez, y la escasez, pestilencia, por falta de un sustento saludable; y la pestilencia, al despoblar el país, deja a los pocos supervivientes en una presa más fácil para las fieras. Y así estos juicios se abren paso unos a otros en el orden en que están aquí representados.

Lo que ya se ha observado puede ser una prueba cuádruple de que los cuatro jinetes, al igual que con su primera entrada en el reinado de Trajano (que de ninguna manera agota el contenido de los cuatro primeros sellos), así con todas sus entradas en edades sucesivas , y con todo el curso del mundo y de naturaleza visible, están en todas las edades sujetos a Cristo, subsistiendo por su poder y sirviendo a su voluntad, contra los impíos y en defensa de los justos. Con esto, igualmente, se abre un camino para las trompetas que regularmente se suceden; y toda la profecía, en cuanto a lo que es futuro, es confirmada por el claro cumplimiento de esta parte de ella.

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