E incluso la agonía no servirá de nada, después de que se cierre la puerta. Agoniza, pues, ahora por la fe, la oración, la santidad, la paciencia. Y empiezas a quedarte afuera ... ¡Hasta entonces no habían pensado en eso! Oh, ¿qué tan nuevo será ese sentido de su miseria? ¿Qué tan tarde? ¿Qué tan duradero? No sé de dónde sois; no sé, es decir, no apruebo vuestros caminos.

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