Vuestra casa os es dejada desolada; ahora está irrecuperablemente consignada a la desolación y la destrucción: y de cierto os digo, después de un espacio muy breve, no me veréis hasta que venga el tiempo, cuando les enseñen vuestras calamidades, estaréis preparados. y dispuesto a decir: Bienaventurado el que viene en el nombre del Señor. No implica que luego deban ver a Jesús en absoluto; pero sólo que desearían fervientemente al Mesías, y en su extremo estar listos para entretener a cualquiera que asumiera ese carácter.

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