Ireneo Contra las Herejías Libro V "¿Cómo, pues, no es la mayor blasfemia alegar, que el templo de Dios, en el cual mora el Espíritu del Padre, y los miembros de Cristo, no participan de la salvación, sino que son reducidos a perdición? Además, que nuestros cuerpos no resucitan de su propia sustancia, sino por el poder de Dios, dice a los Corintios: "Ahora bien, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Pero Dios ha resucitado al Señor, y nos resucitará a nosotros con su propio poder.”[34]

Clemente de Alejandría El Instructor Libro I

Con la leche, pues, alimento del Señor, somos amamantados nada más nacer; y tan pronto como somos regenerados, somos honrados al recibir la buena nueva de la esperanza del descanso, aun la Jerusalén de arriba, en la cual está escrito que la leche y la miel caen en lluvia, recibiendo a través de lo material la prenda del sagrado alimento. "Porque las carnes están abolidas",[92]

Clemente de Alejandría El Instructor Libro II

Pero nosotros, que buscamos el pan celestial, debemos liar el vientre, que está debajo del cielo, y mucho más las cosas que le son agradables, las cuales “Dios destruirá”[2].

Clemente de Alejandría El Instructor Libro II

dice el apóstol, justamente execrando los deseos glotones. Porque "las carnes son para el vientre"[3]

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Nam cum "domino sabbati", etiamsi intemperanter vivat, nulla ratio reddenda sit, multo magis qui vitam moderate et temperate instituit, nulli erit rationi reddendae obnoxius. "Omnia enim licent, sed non omnia expediunt"[44].

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Etenim de ventre et cibis dictum est: "Escae ventri, et venter escis; Deus antem et illum et has destruet; "[57]

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

usque ad illud: "Corpus autem non fornicationi, sed Domino, et Dominus corpori".[223]

Tertuliano contra Marción Libro V

¿Por qué (el apóstol) nos viste a nosotros ya Cristo con símbolos de los ritos solemnes del Creador, a menos que tengan relación con nosotros? Cuando, de nuevo, nos advierte contra la fornicación, revela la resurrección de la carne. El cuerpo, dice, no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo[299].

Novación sobre las Carnes Judías

donde quedó absolutamente probado que ignoran lo que es la verdadera circuncisión, y lo que es el verdadero día de reposo; y su ceguera cada vez mayor es refutada en esta epístola presente, en la que brevemente he disertado acerca de sus alimentos, porque en ellos consideran que sólo ellos son santos, y que todos los demás son inmundos.[7]

Novación sobre las Carnes Judías

También en otro lugar: "La carne para el vientre, y el vientre para la carne: pero Dios destruirá tanto a ella como a ellos. Ahora bien, el cuerpo no es para fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo".[26]

Epístola canónica de Gregory Taumaturgus

Porque el apóstol dice: "La carne para el vientre, y el vientre para la carne: pero Dios destruirá a esto y a ellos".[3]

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