Tertuliano sobre la exhortación a la castidad

Porque es nuestro deber andar en la disciplina del Señor como es "digno"[58].

Epístola de Cipriano LXXX

Porque ¿qué podría sucederme más deseable y más gozoso que estar ahora cerca de ti, para que me abraces con esas manos que, puras e inocentes, y manteniendo la fe del Señor, han rechazado la obediencia profana? Qué más placentero y sublime que ahora besar tus labios, que con voz gloriosa han confesado al Señor, ser mirados aun en presencia por tus ojos, que despreciando el mundo, te has hecho digno[2]

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento