a fin de que andéis como es digno de Dios, que os llama a su propio reino y gloria. [Así como los que son llamados a un honor se lo deben al que los llama a andar como es digno del honor, así los tesalonicenses, siendo llamados a tener parte en el reino presente y en la gloria futura de Dios, necesitaban andar con circunspección. Habiendo ensayado así el ministerio en Tesalónica, paso a paso, desde el día que entró en la ciudad hasta que salió de ella, Pablo pasa ahora a hablar de los efectos de ese ministerio sobre los tesalonicenses.]

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