Clemente de Alejandría El Instructor Libro II

Renunciando, por tanto, estas chucherías al malvado maestro de la astucia, no participemos en este adorno ridículo, ni cometamos idolatría con un pretexto engañoso. Muy admirablemente, pues, el bienaventurado Pedro[267]

Clemente de Alejandría El Instructor Libro III

El Instructor les ordena salir "vestidos de gala y ataviados con pudor y sobriedad"[116].

Tertuliano de Corona

Porque, ¿qué es una corona en la cabeza de una mujer, sino belleza seductora, pero señal de absoluta lascivia, un notable abandono de la modestia, una tentación incendiaria? Por tanto, la mujer, siguiendo el consejo de la previsión de los apóstoles,[60]

Tertuliano sobre la oración

Sin embargo, en lo que se refiere al vestido de las mujeres, la variedad de la observancia nos obliga a nosotros, hombres de ninguna consideración, a tratar, con cierta presunción, como el santísimo apóstol,[112]

Tratado de Cipriano II Sobre el vestido de las vírgenes "Que las mujeres", dijo él, "se adornen con pudor y sobriedad, no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino como corresponde a mujeres que profesan castidad, con una buena conversación ."[24]

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

También a Timoteo: "Tus mujeres sean tales que se atavíen de vergüenza y de pudor, no con peinados retorcidos, ni con oro, ni con perlas, ni con vestidos preciosos, sino como corresponde a mujeres que profesan la castidad, con buena conducta"[588]. ]

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