Tertuliano de Fuga en Persecutione

d de la misma manera ahora al final de su ministerio, y después de haber terminado el mandato, ceder a las ansiedades de los discípulos, rogándole ansiosamente que no se arriesgue en Jerusalén, a causa de los sufrimientos que le esperaban para él lo que Agabo había predicho; pero haciendo todo lo contrario, es así como habla: "¿Qué hacéis, llorando y turbando mi corazón? Porque desearía no sólo sufrir prisiones, sino también morir en Jerusalén, por el nombre de mi Señor Jesucristo". [23]

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