Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no solo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.

Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? ¡Hermosa unión de resolución varonil y ternura, desprovistas por igual de empalagosidad!

Porque estoy dispuesto a no ser atado solamente - 'Si eso es todo, que venga.'

Mas también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Era bueno que pudiera añadir esto, porque también tenía eso que hacer en Roma. A los que estén familiarizados con la historia de la gran Reforma del siglo XVI se les recordará aquí la heroica respuesta de Lutero, cuando se le advirtió que no fuera a la Dieta de Worms, en 1521: "Aunque había tantos demonios en Worms como hay tejas en los techos de las casas, ¡iré!'

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