Y como no se dejaba persuadir, cesamos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.

Y como no se dejaba persuadir, cesábamos de decir: Hágase la voluntad del Señor, disponiéndose a lo peor. Llegada a Jerusalén y alegre recibimiento por parte de los hermanos.

En una reunión al día siguiente con Santiago y todos los ancianos, Pablo detalla la obra de Dios entre los gentiles por medio de su ministerio - La satisfacción creada por estas noticias y el consejo dado al respecto de conciliar a los rigurosos de los usos judíos entre los conversos de la metrópolis (21:15-25)

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