Clemente de Alejandría Stromata Libro IV "Y," Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, cuando os aparten, cuando desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre; "[58]

Tertuliano contra Marción Libro IV

uno), que le pedía que dijera: "Bienaventurado serás, cuando los hombres te abofeteen y te vituperen, y desechen tu nombre como malo, por causa del Hijo del hombre".[493]

Tertuliano de la Paciencia

Si la amargura de la lengua estalla en maldición o reproche, mira hacia atrás al dicho: "Cuando te maldigan, regocíjate"[89].

Epístola de Cipriano LV

Y de nuevo dice: "Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y os separen de su compañía, y os expulsen, y vituperen vuestro nombre como malo por causa del Hijo del hombre. Alegraos en aquel día, y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa es grande en los cielos”[10].

Tratado de Cipriano III De los Caducos

Si sabemos estas cosas, y las hemos descubierto por la verdad del Señor que promete, no sólo no es de temer una pérdida de este tipo, sino incluso de desearla; como el mismo Señor nuevamente nos anuncia y nos advierte: "Bienaventurados seréis cuando los hombres os persigan, y cuando os aparten de su compañía, y os echen fuera, y hablen de vuestro nombre como mal, porque el Hijo del hombre Alegraos en aquel día, y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa es grande en los cielos.”[17]

Tratado de Cipriano XI Exhortación al martirio dirigida a Fortunato

Y otra vez: "Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y os separen, y os expulsen, y vituperen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos en aquel día, y saltad de gozo; porque he aquí, vuestra recompensa es grande en los cielos”[113].

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

De esto mismo, según Lucas: "Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborreceren, y os apartaren (de su compañía), y os echaren fuera, y hablaren mal de vuestro nombre, como de inicuos, por causa del Hijo del hombre. Gozaos en aquel día y alegraos, porque he aquí, vuestra recompensa es grande en los cielos.»[485]

Constituciones de los Santos Apóstoles Libro V

Vosotros también os alegráis cuando sufráis tales cosas, porque seréis benditos en aquel día.[4]

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