Cristo exige que nos aferremos a nuestra fe -- Hebreos 3:12-15 : Los cristianos deben cuidarse de no pecar. El pecado es alejarse de Dios. La incredulidad, en particular, es la raíz de todas esas partidas. La incredulidad hace que el alma sea negligente y descuidada al oponerse al pecado. Debemos ser extremadamente cuidadosos de que un "corazón malo de incredulidad" no dé a luz el pecado de la reincidencia.

Si bien se llama "Hoy", se debe dar mucho estímulo a la fidelidad. Los amigos cercanos en la iglesia deben amonestar y animarse unos a otros. Los padres deben alentar diariamente a sus hijos al servicio fiel a Dios. Los maestros de la Escuela Bíblica deben alentar a los de su clase a una mayor dedicación a Dios. Los cristianos mayores podrían hacer mucho por el crecimiento del cristianismo al exhortar a los cristianos jóvenes a servir fielmente a Dios. Los compañeros cristianos deben animar a todos aquellos con los que se sientan en la misma Cena del Señor a servir a Dios fielmente.

La necesidad de este estímulo se ve en que "somos hechos partícipes de Cristo, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza del principio". ( Hebreos 3:14 ) Hemos estado unidos espiritualmente con Jesús el Salvador. Nuestra meta ahora debe ser llegar a ser como Él y uno con Él. “Porque él es nuestro Dios, y nosotros somos el pueblo de su prado, y las ovejas de su mano.

Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón, como en la provocación, y como en el día de la tentación en el desierto, cuando vuestros padres me tentaron, me tentaron, y vieron mi obra. Cuarenta años estuve entristecido con esta generación, y dije: Es un pueblo que yerra en su corazón, y mis caminos no han conocido; a los cuales juré en mi ira que no entrarían en mi reposo.” ( Salmo 95:7-11 )

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