Él les dijo... no creerán.

En algún momento de la semana se encuentran con él y le cuentan su alegre historia, pero él la recibe con escepticismo. No creerá a nadie, ni siquiera a sus ojos; debe sentir las heridas además de verlas antes de poder creer. Su lenguaje no es simplemente escepticismo, sino desafío. Su posición era casi la de los materialistas y positivistas modernos que sostienen que ningún testimonio probará tal cosa. milagro.

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