Ver. 28. Entonces Pedro comenzó a decirle: "He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido". 29. Y respondiendo Jesús, dijo: De cierto os digo, que no hay hombre que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí, y 30. Pero recibirá el ciento por uno ahora en este tiempo, casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en el mundo venidero la vida eterna 31. Pero muchos que los primeros serán los últimos, y los últimos, los primeros".

Glosa: Como el joven, al oír el consejo de nuestro Salvador acerca de desechar sus bienes, se había ido triste, los discípulos de Cristo, que ya habían cumplido el precepto anterior, comenzaron a preguntarle acerca de su recompensa, pensando que habían hecho una gran cosa, ya que el joven, que había cumplido los mandamientos de la ley, no la había podido oír sin tristeza.

Por lo cual Pedro interroga al Señor por sí mismo y por los demás, con estas palabras: "Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, lo hemos dejado todo, y te hemos seguido".

Teofilacto: Aunque Pedro había dejado pocas cosas, todavía las llama todas; porque aun las pocas cosas nos retienen con el vínculo del afecto, para que sea bienaventurado el que deja las pocas cosas.

Beda: Y como no es suficiente haberlo dejado todo, añade lo que constituye la perfección, "y te he seguido". Como si dijera: Hemos hecho lo que has mandado. ¿Qué recompensa, pues, nos darás?

Teofilacto: Pero [pág. 206] mientras Pedro pregunta sólo por los discípulos, nuestro Señor da una respuesta general; por lo que continúa: "Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras". Pero al decir esto, no quiere decir que debemos dejar a nuestros padres, sin ayudarlos, o que debemos separarnos de nuestras esposas; pero Él nos instruye a preferir la gloria de Dios a las cosas de este mundo.

Cris., Hom. en Mat., 64: Pero me parece que con estas palabras pretendía proclamar encubiertamente que habría persecuciones, como sucedería que muchos padres seducirían a sus hijos a la impiedad, y muchas mujeres a sus maridos.

Cris., Gato. en Marc. Oxon.: De nuevo no tarda en decir: "por mi nombre y por el Evangelio" y dice Marcos, o "por el reino de Dios", como dice Lucas; el nombre de Cristo es el poder del Evangelio y de su reino; porque el evangelio se recibe en el nombre de Jesucristo, y el reino se da a conocer, y viene por su nombre.

Beda: Algunos, sin embargo, tomando ocasión de este dicho, en el que se anuncia que recibirá el ciento por uno ahora en este tiempo, enseñan esa fábula judía de mil años después de la resurrección de los justos, cuando todo lo que nos queda para la causa del Señor ha de ser restituida con múltiples usuras, además de las cuales hemos de recibir la corona de la vida eterna. Estas personas no perciben, que aunque la promesa en otros aspectos es honorable, sin embargo, en las cien esposas, que los otros evangelistas mencionan, se manifiesta su inmundicia: particularmente cuando el Señor testifica que no habrá matrimonio en la resurrección, y asevera que las cosas que nos son quitadas por causa de El, han de ser recibidas de nuevo en esta vida con persecuciones, las cuales, según afirman, no tendrán lugar en sus mil años.

[ed. nota: Ciertos Padres tempranos, como, por ejemplo, San Austin e Ireneo, sostuvieron la doctrina del Milenio; Beda, sin embargo, menciona a los quiliatas (aunque su nombre se omite en la Catena) y así muestra que se refiere a los corintios, a quienes se les aplicó ese nombre, a causa de su chocante doctrina, de que después de la resurrección los cristianos reinarían en la tierra para siempre. mil años en placeres sensuales, ver Aug, de. Su. 8]

Pseudo-Chrys.: Este céntuplo por lo tanto debe ser en participación, no en posesión, porque el Señor les cumplió esto no carnalmente, sino espiritualmente.

Teofilacto: Porque la mujer se ocupa en la casa de la comida y el vestido de su marido. Vea también cómo es esto [p. 207] el caso de los Apóstoles; porque muchas mujeres se ocupaban de su comida y de su vestido, y les servían. Asimismo los Apóstoles tuvieron muchos padres y madres, es decir, personas que los amaban; como Pedro, por ejemplo, dejando una casa, tuvo después las casas de todos los discípulos.

Y lo que es más maravilloso, han de ser perseguidos y oprimidos, porque es "con persecuciones" que los santos han de poseer todas las cosas, por lo cual se sigue: "Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos primeros. ." Porque los fariseos que eran los primeros se convirtieron en los últimos; pero los que lo dejaron todo y siguieron a Cristo, fueron los últimos en este mundo a través de las tribulaciones y persecuciones, pero serán los primeros por la esperanza que está en Dios.

Beda: Esto que aquí se dice, "recibirá el ciento por uno", puede entenderse en un sentido más alto. [ver nota, pág. 78] Porque el número cien que se cuenta cambiando de la mano izquierda a la derecha, aunque tiene la misma apariencia en la flexión de los dedos que el diez tenía en la mano izquierda, sin embargo se aumenta a una cantidad mucho mayor. Esto quiere decir, que todos los que han despreciado las cosas temporales por causa del reino de los cielos por medio de la fe indudable, gusten del gozo del mismo reino en esta vida llena de persecuciones, y en la expectativa de la patria celestial, la cual está significada por la diestra, ten parte en la felicidad de todos los escogidos.

Pero como no todos llevan a cabo una vida virtuosa con el mismo ardor con que la comenzaron, ahora se añade: "Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros"; porque diariamente vemos muchas personas que, permaneciendo en el hábito laical, son eminentes por su vida meritoria; pero otros, que desde su juventud han sido ardientes en una profesión espiritual, al final se marchitan en la pereza de la comodidad, y con una necedad perezosa terminan en la carne lo que habían comenzado en el Espíritu.

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